El periodista es un ser que adquiere ,por su condición como tal, cierta credibilidad entre el público. Cuando entre 1993 y 1995 miles de lectores tomaban entre sus manos la revista The New Republic, deleitándose con los 41 artículos que entre esas fechas escribió Stephen Glass.
Glass, admirado por todos sus compañeros y solicitado por numerosos medios como Rolling Stone, George y Harper's saboreó las mieles del éxito aunque para poco despues vivir una caída atroz. En mayo de 1998 fue despedido de The New Republic despues de que el reportero Adam Penenberg de la revista Forbes presentase la evidencia de que uno de sus artículos “Paraíso Hacker” (hack heaven en ingles) era un fraude.
El hecho de que se culpase en un primer momento a Chuck Lane (redactor novel de The New Republic en esa etapa) corroborá la teoría de que la credibilidad en el periodista puede camuflar la más ruin de las mentiras. A pesar de todo, y tras un estudio de todos los artículos de Glass, se confirmó cómo 27 de las 41 piezas eran inventados total o parcialmente.
Este caso de fraude periodístico impulsó al periodismo digital ,en plena ebullición por aquél entonces, hacia la consolidación de sus contenidos. La credibilidad de la que hablamos movilizó al público en torno a los medios digitales. Y como en las mejores historias de terror, el monstruo no desistió. A día de hoy y tras licenciarse en derecho por la Georgetown University Law Center Glass ejerce como abogado además de como novelista tras publicar en 2003 su "biográfica novela” El Fabulador, para cuya promoción ofreció entrevistas en varias cadenas de televisión. ( vídeo- entrevista en inglés de Stephen Glass a la CNN).
Toda la información sobre Glass, un índice de sus artículos, lecturas de algunos de ellos, y las reacciones de diversos medios ante este escándalo en A tissue of lies (blog en inglés).
